Cuando llegan estas fechas del año, tendemos a hacer balance de cómo nos ha ido el año. Espacio para la reflexión, para las preguntas,…para los interrogantes, con respuesta y sin ella.
A veces nos da pereza abordar estas preguntas sin respuestas, y dejamos pasar el momento y el paso al siguiente año, pensando que ya se irán respondiendo por ellas mismas. Puede que sí en algunos de los casos, y en otros puede que no.
En cualquiera de los casos, es un buen momento para hacer balance del año, ¿qué aprendizajes he tenido en este año? como señala mi colega Germán Antelo Solozábal en su post del 27 de diciembre 2010 German Antelo, en el que nos invita a pensar qué hemos aprendido de este año 2010, en el ámbito personal y profesional, ya que durante el año hay aprendizajes que no tenemos en cuenta y éstos serán una de las claves para afrontar el próximo año con sabiduría: mirando hacia delante.
Hace unas semanas estuve impartiendo un Taller de Coaching para Responsables de Equipos y una de las dinámicas que nos planteamos era precisamente ésta, la de identificar unos objetivos para el próximo 2011. Les invité a que los redactarán, pues ayuda el visualizarlos por escrito, y por otro lado, requiere un esfuerzo el hecho de concretarlos, definirlos.
No es tarea fácil en algunos casos. Por eso, lo de escribirlos de puño y letra, atendiendo a que sea un objetivo específico, concreto, no disperso. Que se trate de un objetivo medible, que se pueda cuantificar. Esta parte suele ser la que más cuesta pues se preguntan ¿cómo medir el hecho de mejorar en mi comunicación con el equipo?, por ejemplo.
Probablemente el hecho de concretar unos indicadores, nos conduce a cómo estamos comunicándonos actualmente con las personas del equipo y de qué otras maneras podemos hacerlo que sean más eficaces, por ejemplo.
Es decir, el hecho de identificar unos objetivos y sus indicadores de medición es una de las claves de mirar hacia delante, y de pensar y pasar a la acción de hacer de forma diferente.
Además de tratarse de un objetivo específico, medible, también ayuda que sea alcanzable a la vez que ambicioso. Parecen conceptos contrapuestos, pero ambos hacen que el objetivo sea realista, dentro del esfuerzo que requiere el alcanzarlo.
No se trata de ponernos metas inalcanzables, alejadas de la realidad, que se queden en el camino por la gran dificultad que requiere el llevarlo a cabo. Pero no nos llevemos a error, no interpretemos estas palabras con el hecho de que no va a requerirnos esfuerzos. Ambicioso sí, que suponga un paso hacia delante, y con esfuerzo lograr lo posible.
De esta manera, iremos dando pasos, pasos hacia delante. Si bien en algún momento, tengamos que darlo hacia atrás para coger impulso…Depende de ti.
Y finalmente además de especifico, medible, alcanzable y realista, el objetivo que identifiquemos que sea temporal. Es decir, que nos los marquemos para un tiempo concreto, revisable cada “x” tiempo.
Por eso, aunque al final de cada año invita a hacer balance, os animo a que una vez definido el objetivo, hagamos revisión periódica de cómo vamos. Esto nos ayudará a ajustar, a reconducir, a reconocer que estamos alcanzando aquello que buscábamos,…
¿Por qué no empezar el año 2011 con un objetivo, con una meta, con un horizonte,..?.
Si es así, ¡No olvides escribirlo y leerlo una y otra vez!.
Y comprueba que es un objetivo SMART (específico, medible, alcanzable, realista, temporal).
Suele dar vergüenza publicar los objetivos de cada año..además, en mi caso suelen ser los mismos.
ResponderEliminarFeliz año y felicidades por el nuevo fondo del blog, es precioso!
Me ha encantado el post, lo he vuelto a releer tras las vacaciones (una semanita) y ahora que estamos trabajando en una línea similar en la consultora me ha sido inspirador :D
ResponderEliminarun abrazo noelia.