Consultor vs Coach

Como os adelantaba en mi anterior post, hoy hablaremos de cuando una organización (sea grande, mediana o pequeña) decide contratar los servicios de una persona profesional para solucionar alguno de los problemas que tiene una organización.

A primera vista suena muy global, “arreglar” una determinada situación que ocurre en su empresa. Lo cierto es que cuando se trata de una máquina que se ha averiado, tiene la opción de llamar a un “mecánico” de fuera o contar con un servicio técnico de mantenimiento. Pero está claro que hay que arreglar la máquina, pues no se puede seguir produciendo.

¿Y cuando se trata de personas?. Es decir, cuando hay que “arreglar” (permitirme la expresión) a la persona, al equipo, cambiar alguna pieza,… ¿quién se encarga de realizar tan importante tarea?. En algunos casos, se deja pasar el tiempo hasta que la situación se hace insostenible; en otros casos se interviene desde “arriba” de forma drástica casi sin preguntar; en otros se trata de resolver de buenas formas llegando a buen puerto o no,…etc.

Antes o después, más tarde que temprano, suelen contratar los servicios de consultoría para que haga un diagnóstico de “qué está pasando en mi organización”. La persona profesional (consultoría) obtiene unas conclusiones (algunas ya intuidas y conocidas por quien le contrata, y otras puede que le sorprendan algo más).
A partir de aquí se proponen acciones concretas que se pueden llevar a cabo, con ánimo de abordar la situación. Y es a partir de aquí donde los caminos se bifurcan, atendiendo a las necesidades de la organización.

Me explico desde un caso práctico.
En el diagnóstico de la empresa “x” se concluye que es necesario desarrollar a los lideres en determinadas competencias, para acometer una transformación en la organización. Se plantean acciones formativas dirigidas al desarrollo de esas competencias. Hasta aquí la labor de la persona consultora, diciendo qué hay que hacer y cómo. Incluso realizando activamente los cursos formativos.
También argumenta la necesidad de abordar un proceso de Coaching Ejecutivo con cada uno de los responsables. Y es aquí donde a partir de iniciar el proceso, el rol adoptado por la persona profesional será de Coach. http://www.aecop.net/
*No le dice a las personas lo que tienen que hacer
*No presiona, ni aconseja, ni recomienda,
*No le resuelve el problema al profesional
*Explora, hace preguntas, ofrece interpretaciones,
*Desafía respetuosamente sus modelos mentales
*Le hace desarrollar una nueva mirada
*Le lleva al descubrimiento de nuevas acciones y posibilidades;
*Y acompaña en el diseño de acciones que faciliten el acceso a los resultados buscados

También es cierto que en el proceso de Coaching, hay coaches (tutorizados) que buscan un consultor, y no un Coach. Ya que el coachee (tutorizado) querrá respuestas, querrá que la responsabilidad de tomar una decisión u otra recaiga sobre su Coach, que para eso tiene experiencia, sabe de estos temas,…y seguro que no se equivoca,….Pero ¿qué ocurrirá la próxima vez que el coachee se encuentre ante una situación similar?, ¿qué transformación de cambio de comportamiento experimenta el coachee si decide otro por él/ella?.
El Coach acompaña, guía, refuerza, apoya, ánima, te provoca nuevas miradas,….

Por eso es importante saber qué buscamos como clientes y/o potenciales usuarios de un proceso de Coaching, ¿un Consultor o un Coach?

6 comentarios:

  1. El mundo del coaching está cogiendo fuerza en España, a remolque de otros países que lo llevan aplicando desde hace muchos años. Realmente el interés para las empresas es mucho, sobre todo porque se ve como una nueva herramienta que puede ayudar a la gestión de las personas y a extraerles todo el potencial "oculto". Como me decía hace poco uno de ellos en una conversación informal, "Juan José, ni te imaginas la cantidad de cosas que las personas pueden hacer por sí mismas a poco que se les motive y oriente para ello". ¡¡Esa es la labor del coach!!, tal y como tú bien describes, Noelia.

    Un fuerte abrazo

    Joanillo

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  2. Miedo me da la mezcla, y hay momentos para realizar consultoría y momentos para trabajar procesos de coaching... pueden coexistir, pero siempre deben ser escrupulosamente diferenciados... en la diana, Noelia.

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  3. Coincido. Es importante diferenciar ambos roles, cosa que no siempre se hace. Es fundamental saber qué contratamos y qué podemos esperar de ese profesional contratado. Tenerlo tan claro como lo has descrito demuestra que sabes muy bien de lo que hablas.

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  4. Efectivamente JJ, hacerles ver aquello de lo que no son conscientes, o que si lo son, no quieren observar. Llevarles al descubrimiento de zonas sin explorar, y de gran aporte en valor añadido para la persona y profesional.

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  5. Si, es cierto Lamiquiz.... en cada momento tendremos que ponernos la "gorra" de Coach, o de consultor,...pues dos "gorras" al mismo tiempo... no son buenas aliadas. Sí la capacidad de ser uno u otro, y desarrollar la capacidad de decir que no, aun suponiendo un incremento en mi facturación..

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  6. Cierto Skywalker, importante clarificar qué se contrata y que se vende. Qué quiere y qué necesita el cliente cuando nos dice que quiere coaching, y que necesita realmente.
    Volvemos a hablar de expectativas.
    Y centrar qué espera el coachee ya en el propio proceso de coaching

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