¿Cómo es tu Coaching?


Mientras leía el siguiente enlace http://blog.infojobs.net/candidatos/aprende-errores-habituales-coaching-2, recordaba algunas de las conversaciones con clientes que te trasladan su mala experiencia en procesos de Coaching, o aquellas personas que no visualizan como esta técnica puede estar tan de moda, y supuestamente ofrecer tantos beneficios (en el próximo post).

Pues bien, me pareció interesante dedicar unas líneas a compartir este artículo, de la mano de Alberto Rodríguez Fernández, Técnico de proyectos de la Escuela Superior de Coaching.
Si bien soy de las personas que apuesta por destacar lo positivo, trabajar desde el reconocimiento, y centrarme en los puntos fuertes. Haré una excepción que, pienso, puede ayudarnos a entender mejor la metodología Coaching.

Si bien el autor se centra en los errores que se cometen durante las primeras sesiones como coach. Cuando leo cada uno de los aspectos que menciona, me escucho en la exposición que realizo a un potencial cliente, o a aquella persona que muestra inquietud por el Coaching, pues es clave:
  • Diferenciar entre Coaching y otras disciplinas (psicología, consultoría, formación y mentoring,…)
  • Clarificar la Alianza Tripartita (organización, coachee, coach) y las reglas de juego  (confidencialidad, el objetivo a trabajar...)
  • Compromisos adquiridos por Coach y Coachee y asegurarse.
  • Saber separar casos propios de los casos del Coachee (ojo a la lo que se denomina Escucha previa).
  • Asegurarse de la voluntariedad del coachee para realizar un proceso de Coaching.
  • Creer en tu coachee, para poder “empoderarle” (ser capaz de hacerle ver al coachee que tiene todo lo necesario para lograr su objetivo).
  • El Coaching es en sí misma una técnica muy potente, si se hace con profesionalidad. El autor señala que no es necesario recurrir a otras técnicas para ser eficaces. Sin embargo discrepo en este aspecto, pues si bien pienso que el Coaching tiene identidad propia, es complementaria a otras técnicas, siempre y cuando éstas se hagan con profesionalidad.
  •  “¿Por qué...? vs ¿Para qué...?”. Cuántas veces hago referencia a estas preguntas. No sólo en sesiones de Coaching, sino en talleres experienciales e incluso en las visitas comerciales. Las preguntas basadas en el “¿Por qué...?” se orientan al pasado, al motivo que originó esa conducta, busca culpables, son fuente de excusas. En cambio las basadas en el “¿Para qué...?” se orientan al futuro, el coachee hace lo que hace o piensa lo que piensa porque le proporciona algún beneficio y hay que averiguar cuál es. Recordemos que el Coaching es una conversación orientada al futuro, no al pasado.
  • El Coach en su afán inconsciente (o no) de tratar de solucionar el tema al coachee, puede tender a dar consejos y soluciones, a través de preguntas (por ejemplo, si el coachee no encuentra ninguna solución a una situación,  “¿hablar con tu jefe sería una posible solución?”). Es un aspecto a autoregular para no desvirtuar el proceso de Coaching. En cambio, si trabajamos desde la hipótesis: (Imaginemos que ante esa situación decides hablar con tu jefe, ¿qué ocurriría?. ¿Cómo te sentirías, qué te provocaría,…?)
  • Qué importante es el tono de voz que empleemos,  la entonación, el vocabulario, la postura corporal, la expresión facial,.. son claves para una buena sesión de Coaching. Eso significa que el coachee tiene que sentirse cómodo en todo momento, me suelen preguntan en los cursos de Coaching. Yo les digo que es importante generar un clima de confianza, si bien habrá momentos en que alguna de las preguntas que formulemos pueda resultar incómoda, pero conveniente en este momento del proceso. Y suelen ser las que generan puntos de inflexión en la sesión.
  • Dedicar tiempo a definir el objetivo general del proceso de Coaching es fundamental. Suele ser útil que el coachee lo redacte o en su caso, que lo redacte el coach y lo matice el coachee.
  • Formular el objetivo EN POSITIVO. Es necesario reflexionar y poder llegar a escribir lo que quiere el coachee.
  • Como proceso vivencial que es el Coaching necesita de sus tiempos de maduración. Por eso, mi apuesta es intensificar el número de sesiones al inicio del proceso, y secuenciar después, en función de la evolución que se esté dando. Sin perder de vista el objetivo (por eso, recomendable revisar y tener presente siempre el objetivo)
  • Asumir el rol de Coach.  El Coach no es un “hombro donde llorar” ni donde acompañar en la crítica de algo o a alguien. El coach te escucha, e acompaña y te invita a reflexionar a través de preguntas que como coachee no te formularías (pero que con el proceso de Coaching, logras hacerte a ti mismos, como si de un AutoCoaching se tratara).
  • El protagonista en toda sesión de Coaching es el coachee. Si alguna persona considera que el papel de Coaching le va a dar la fama que siempre quiso y tener el papel principal, no está en el escenario adecuado.
  • Respecto al siguiente punto de Asumir la “agenda a tratar” entendido como que será el coachee el que decida de qué asuntos o temas quiere hablar en cada momento (siempre en relación con el objetivo a lograr), pienso que el Coach tiene que estar abierto a tratar los temas que el coachee le plantee en cada sesión, si bien, tengamos presente que, a veces, pueden ser bancos de niebla para distraer del tema en cuestión. En cualquier caso, esta forma de actuar también nos da información de qué está ocurriendo y con enfocarlo.
  • Me gusta eso que el autor denomina el Egoless (ocurre cuando el coach, durante la sesión de Coaching, mantiene una conversación paralela consigo mismo (por ejemplo, se pregunta a si mismo “¿lo estaré haciendo bien?”, “¿qué estará pensando el coachee de mí?” “¿qué pregunto ahora?”...). Por eso el nivel de concentración tiene que ser elevado, para que el coachee se sienta escuchado, para empatizar (que no simpatizar), mantener el grado de confianza adquirido,…
  • Lenguaje positivo (no se habla de problemas sino de oportunidades, de retos). Es decir, el coach debe hacer que el coachee asuma un papel de responsable no de víctima.
  • El Coaching es un proceso, de transformación, en el que cada persona tiene su ritmo. El Coach acompaña, agiliza, guía, apoya, refuerza, hace esa parada en el camino cuando hace falta, y vuelve a levantarse,…
Llegados a este punto del post, confío en haber contribuido a aclarar un poco más, si cabe, la metodología Coaching, y que sepamos apreciar cuando estamos en un proceso de Coaching estas claves. Gracias a Alberto Rodríguez Fernández, que de alguna manera, ha propiciado que comparta esta tema con vosotros,

Por eso, es una profesión que requiere formarse y seguir formándose, desde lo academicista pasando pro al experiencia propia y “ajena”, con alto nivel de observación, de autoconocimiento,…(pero esto es objeto de otro post…)

Buen día!!

3 comentarios:

  1. Excelente síntesis y análisis de los artículos que citas de Alberto Rodríguez Fernández, que a su vez, me han resultado muy interesantes y clarificadores para un inexperto como yo, que empieza a interesarse y querer saber más sobre el mundo del coaching.
    Un saludo!

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  2. Gracias Mikel.
    Me alegra que te haya sido de utilidad.
    Este blog tiene esa finalidad, de divulgar y expandir la realidad del Coaching.
    Así que bienvenido!
    Gracias por pasarte por aqui y estamos en contacto.
    Un saludo
    Noelia

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  3. Muy interesante el artículo que has compartido para valorar que hay diferentes maneras de hacer estas conversaciones y sin embargo hay muchas que son válidas, como dice el dicho cada maestrillo tiene su librillo

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