¿Coaching y Judo?

Un asistente a un curso de Coaching señalaba que esta herramienta le recordaba a las Reglas del juego del deporte Judo. Y me trajo una reflexión de que para seguir creciendo y desarrollándose como profesional, se trabaja desde el aprendizaje, para ir reforzando las fortalezas y aprendiendo de las debilidades.
De hecho, Mahatma Gandhi decía “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo, no en el resultado, un esfuerzo total es una victoria segura.” Y es que lo importante es la actitud que le ponemos a las cosas que hacemos. Si ponemos todo el esfuerzo, el resultado será muy exitoso, por eso como decía el Sensei de Yudo Oscar De La Fuente: Para ser un buen Judoka se necesita un 1% de Inspiración y 99% de Transpiración. Para ser un buen profesional tenemos que seguir trabajando, formándonos y capacitando permanentemente.
“El Judo, es un término en japonés que significa camino de la flexibilidad, de la suavidad o camino apacible”. Una de las premisas básicas del judo y de la actividad física se basa en transmitir en sus participantes una educación integral, que implica el desarrollo de un amplio abanico de experiencias motrices, no tanto en cantidad sino en versatilidad y calidad.

Dichas actividades tienen como principios el respeto, la confianza, el cuidado del propio cuerpo y de los compañeros. Son aspectos que forman parte de la esencia del deporte, “por ejemplo, en el aprendizaje técnico; se le da igual importancia al momento de iniciar la técnica, como a la finalización de la misma, que es cuando el compañero realiza la caída. Exige un elevado grado de confianza y seguridad del que la recibe” , igual que en el Coaching.

Por otro lado, es muy interesante que la primer técnica que aprenden los niños en judo, es el “saber caer”, técnica que no solo tiene sus implicancias a nivel físico y técnico, sino también en lo que puede significar el saber caer para luego levantarse y seguir. Que caerse no implica algo terrible, es algo que nos puede suceder, y que nos deja enseñanzas. El Coachee aprenderá a caerse en el proceso de Coaching, así como a levantarse una y otra vez.

“No tendrás miedo a caerte, cuando aprendas a caerte y a levantarte” le decía su compañero de viaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario